Epitafio a un perro

Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.

Este es epitafio escrito por Lord Byron a su perro Boatswain. Lord Byron era un poeta y un hombre muy original para su tiempo, valoraba y gustaba de la compañía de los animales y tuvo como mascotas: un oso, un águila, un tejón, un cuervo, gatos, monos…

Humildad

Hace un tiempo, un científico descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción.

Un día se enteró de que andaba buscándole el Ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo. El ángel no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz y regresó al cielo. Pero no por mucho tiempo, porque, como era un experto en la naturaleza humana, se le ocurrió una ingeniosa estrategia. Regresó de nuevo y dijo: «Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo, sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto».

El científico pegó un salto y gritó: «¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?».»Justamente aquí», respondió el ángel mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo.

«Todo lo que hace falta para descubrir al ‘ego’ es una palabra de adulación o de crítica». No te olvides nunca que la persona realmente «genia» es, sobre todo, humilde siempre…

El ahijado de la muerte

Este es un cuento que no veía desde que era niño y desde entonces solo lo había visto una vez, la verdad recuerdo algunas partes de manera diferente, pero no deja de perder su magía. Es uno de los cuentos de los Hermanos Grimm y esta es la version de la serie anime que recopiló en los 90’s muchos de estos cuentos:


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Una bella muerte…

Cuando leí por primera vez Cien años de soledad la muerte de  José Arcadio Buendía, me llamo mucho la atención y  fue una de las partes que mas me gustó, pues culminaba la historia de aquel «Adan Macondiano» el fundador de Macondo e inicio de la estirpe de los Buendía, hombre que trabajaba en su taller de alquimía, que reveló su gran descubrimiento: La Tierra es redonda como una naranja sin haber salido de Macondo, y al final de sus dias, sentando bajo ese árbol hablaba con el espectro de su amigo Prudencio Aguilar,  asi García Marquez describe su muerte:

“Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, con la misma cama de cabecera de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos, hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto, despertando hacia atrás, recorriendo el camino inverso, y encontraba a Prudencio Aguilar, en el cuarto de la realidad. Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real”.(Cien años de Soledad)

El día del funeral, llueven minúsculas flores amarillas que cubren las calles, y deben despejarlas con palas para dar paso a la marcha funebre…